Pido disculpas si hay algún error, y siento haber tardado, no tuve mi computadora en dos días. Gracias por esperar y por preguntarme por el próximo capítulo, también agradezco sus palabras me motivan e inspiran.
En esta ocasión quiero dedicar este capítulo a @Vivis_As
¡Gracias por tus palabras de siempre!
Tal vez podemos ser amigos
Lo primero que siento cuando vuelvo de
mis sueños es una fuerte puntada en la cabeza.
La resaca con la que me recibe este
nuevo día es sumamente insoportable y mi humor es de perros.
Recuerdo beber más de la cuenta,
recuerdo el motivo… Más o menos.
Me levanto del sofá como puedo, saco
el celular de mi bolsillo para ver la hora. El departamento estaba oscuro y las
cortinas estaban cerradas y no pude distinguir si el sol estaba asomándose o si
era de madrugada.
La luz del celular hizo que mis ojos
se cerraran al instante y mientras me acostumbraba al brillo de la pantalla
pude ver que eran las 6:20 de la mañana, decidí ir a mi habitación para buscar
ropa y ducharme.
Al llegar a la habitación y ver a la
chica que estaba acostada en mi cama respondí una pregunta que rondaba en mi
cabeza desde que me desperté: “No, ella no encontró la llave”
Sonreí imaginando su cara de
frustración al no encontrarla, la lleve está en el bolsillo de mis jeans y
sabía muy bien que no buscaría ahí, es muy respetuosa para hacerlo, aunque se
atrevió a quitarme las zapatillas, si quería quitarme otra prenda no me hubiese
importado tampoco.
Saqué la primer remera que estaba en mi cajón,
pero luego la deje donde estaba, preferí darme la ducha primero y luego buscar
mi ropa. Si Marlene me veía solo con una toalla en mi cintura se pondría roja y
para ser sincero me encantaba cuando eso sucedía.
Es fácil intimidarla, podía sentir lo
nerviosa que se pone cada vez que me acerco a ella, incluso cuando teníamos
doce o trece años ella actuaba de la misma forma que hoy, siento que hay cosas
que jamás cambiaran.
Luego de ducharme y salir noté que aún
seguía dormida, si quería molestarla debería esperar a que despierte.
Me gusta hacerla enojar, su cara es
graciosa y siempre se le forma una pequeña marca entre sus cejas cuando frunce
el ceño, además siempre tiene una respuesta inteligente ante mis idioteces.
Todas las chicas con las que estuve eran aburridas, o jamás les di lugar para
entablar conversaciones. Nos encontrábamos, nos arrancábamos la ropa y yo me
iba, jamás dormí con nadie, jamás hablamos de cosas personales, jamás las
abracé, jamás me importaron.
A pesar de ser un maldito jodido,
tengo mis límites, no soy de los le harían algún daño físico a las mujeres.
Nunca haría eso, mi única verdad es que no quiero compromisos, si ellas creen
que soy un idiota por dejarlas después de tener sexo, ese es su problema. Saben
cómo soy.
En cambio Marlene es diferente, ella
es muy astuta, y creo que no podría aburrirme. Quizás sienta la conciencia
intranquila ante mi maldad en la secundaria y por eso aceptaba pasar tiempo con
ella. Tal vez pueda ser mi amiga, no tengo ganas de herirla como solía hacerlo,
pero si me gusta verla enojar. Puedo vivir con eso.
####
Una leve brisa corrió por mi cuerpo, y en ese instante
temblé ante el contacto. Yo me encontraba acostada sobre una suave manta, pero
aún no quería abrir mis ojos para dar la bienvenida al sol que se situaba a mi
alrededor.
No estoy segura en donde me encuentro, sólo sé que el lugar es reconfortante, el delicioso aroma a menta que sentía a mi alrededor me hizo sonreír.
No estoy segura en donde me encuentro, sólo sé que el lugar es reconfortante, el delicioso aroma a menta que sentía a mi alrededor me hizo sonreír.
— ¿Siempre sonríes cuando duermes? — Una
voz masculina habló, aún mis ojos estaban cerrados.
El aroma a menta, el lugar reconfortante y
suave, la voz firme y vagamente familiar… Lucas Dubois, parece que lo estoy
reconociendo como mi nuevo hogar.
Abrí mis ojos lentamente para acostumbrarme a la luz que anunciaba un nuevo día. Mis ojos se encontraron con unos ojos verde claro. Lucas estaba sentado al lado mío mirándome, su cabello húmedo me avisaba que acababa de darse una ducha, gracias al cielo estaba vestido. El tenía una sonrisa arrogante en su rostro. Mi primer pensamiento fue: “Mi aspecto debe ser terrible”.
Abrí mis ojos lentamente para acostumbrarme a la luz que anunciaba un nuevo día. Mis ojos se encontraron con unos ojos verde claro. Lucas estaba sentado al lado mío mirándome, su cabello húmedo me avisaba que acababa de darse una ducha, gracias al cielo estaba vestido. El tenía una sonrisa arrogante en su rostro. Mi primer pensamiento fue: “Mi aspecto debe ser terrible”.
— ¿Qué hora es? — Mi voz sonó un poco
ronca, al terminar de pronunciar la frase.
— Las siete — Responde y se levanta. —
Puedes desayunar aquí pero no pienso cocinarte, debes hacerlo sola.
No
pienso desayunar aquí, pensé.
No, Gracias… Ya me voy. — Le
dije cortante mientras me levantaba y acomodaba su cama que estaba un poco
arrugada.
— Como quieras. — Dijo mientras un hoyuelo
aparecía.
— Creo que borracho eres más amable. — Las
palabras se escaparon de mi boca.
— No sé porque lo dices, nunca soy
amable. — Se encogió de hombros y luego
me miro— ¿Acaso te hice algo anoche para que digas que me prefieres borracho? —
Terminó la frase con una sonrisa burlona.
— A veces eres desagradable. — Dije
mientras salía de la habitación directo a la puerta de salida.
— Tú eres la mal pensada. — Dijo mientras
me seguía.
Sin contestar hice el intento de abrir la
puerta y noté que seguía cerrada… La llave, joder.
— ¿Puedes abrir la puerta por favor? —
Miré a Lucas y el estaba apoyado en el sofá de la sala
cruzado de brazos y me miraba con las cejas elevadas. Y obviamente acompañado
de su sonrisa.
— No tengo la menor idea donde dejé la
llave, podemos buscarla. — Dice despreocupadamente— Mientras tanto come algo.
— ¿Dónde sueles guardarla? — Pregunté
— No tengo ningún lugar en particular. No
seas terca y ve a desayunar. —
— Te lo agradezco pero prefiero buscar la
llave. Debo volver rápido. — Dije pensando que no podía pasar mucho tiempo con
el.
— De acuerdo— Dijo mientras se sentó en el
sillón donde anoche se quedó dormido.
Yo me crucé de brazos y él me miró esperando a que yo
diga algo.
— ¿No vas a ayudarme? — Pregunté.
— Yo no necesito la llave ahora, no quiero
salir. — Dice mirando la tele que acababa de encender.
— Pero puedes guiarme a encontrarla. — Le
dije, mi voz sonaba en una absurda desesperación.
— Mmm tal vez pueda guiarte. — Responde
pensativo
Jodido Lucas y su resaca que no lo deja
pensar con claridad… Tal vez nunca suele pensar con claridad, creo que es del
tipo impulsivo.
— Dime— Respondí esperanzada a que quizás
pueda recordar donde dejó la llave.
— Puedo guiarte hasta mi cama. — Responde
mientras sus labios se curvan hacia arriba
Me puse roja, y su sonrisa creció. Él lo
disfrutaba, disfrutaba verme así de intimidada.
— De acuerdo. — Respondí firmemente. El
elevo sus cejas en una profunda sorpresa, no sé como interpretar su mirada,
pero no estaba sonriendo como antes. Así que continúe. — Iré a buscar en tu
cama entonces.
— De eso mismo es lo que hablaba — Murmuró
y sé que se estaba burlando.
Llegué a la habitación busqué hasta debajo
de la cama, pensando que él me estaba jugando una broma, y como yo dormí aquí,
el pudo haber escondido la llave en su cuarto.
No quise buscar en sus cajones ni abrir el
ropero, deje todo como estaba solo miré por encima de los muebles como anoche.
Debo decir que me daba curiosidad el hecho de descubrir el mundo misterioso de
Lucas Dubois, y quizá su habitación sería un buen comienzo, pero aún así que no
pienso tocar nada.
Me senté en la cama frustrada, y luego una
pregunta vino a mi mente.
¿Cuántas mujeres abran dormido sobre esta
cama?
Me levanté de inmediato, y me arrepentí de
haber dormido aquí, no quería pensar en esas cosas.
Lucas era un mujeriego por naturaleza,
incluso desde que estábamos en la secundaria, ¿Por qué iba a cambiar ahora?
Volví a la sala frustrada y vi que Lucas no
estaba.
— ¿Lucas? — Silencio.
— ¡Lucas! — Grité. Ya no me importaba si
los vecinos o incluso el portero pudieran escuchar.
<El portero>, el tenía que tener una
llave de todos los departamento. Mientras pensaba, sentí ruidos en una de las
habitaciones y me dirigí hacia ella.
Llegué a la cocina y encontré a Lucas
apoyado sobre la mesada con una taza, el levantó la mirada justo cuando me
encontraba en el umbral de la puerta.
— ¿Tuviste suerte? — Pregunta.
— No, pero supuse que el portero debe tener
una llave… ¿Por qué no lo llamamos? —
— El no tiene la llave — Responde mientras
bebe de su taza.
— ¿Y que se supone que debo hacer? —
Pregunté suspirando y agarrándome la frente con mi mano mientras caminaba de un
lado a otro. No quería quedarme cerca de Lucas, él es perjudicial para mí,
tengo miedo de que vuelva a gustarme. Confirmo que siento una atracción por él,
pero no quiero meter sentimientos en esto.
Se perfectamente como terminan estas cosas,
mi corazón destrozado.
— Se supone que debes buscar la llave —
— No me digas— Respondí algo irritada el
soltó una carcajada. — ¿Qué es tan gracioso?
— Tú— Respondió y vi que me miraba divertido.
Iba a responder que yo no era un payaso o
un bufón pero justo su celular sonó. Sin decirme nada salió de la cocina y por
los murmullos que escuché supuse que era una llamada.
Cuando la llamada terminó el no vino
directamente a la cocina, tardó un poco más de tiempo para luego aparecer. Su
expresión era seria.
—
Buscas muy mal, estaba en mi habitación — Dice. Su expresión no se suavizó.
— Será porque no quise revisar nada, y el
dueño de las cosas jamás me ayudó. — Respondí
El solo se encogió de hombros y volvió a
agarrar su taza.
¿Cómo llegamos a este punto?
Anoche clamaba mi compañía y ahora me
ignora. El actúa como que no estoy, como si no existiera.
Por lo visto, el supo todo este tiempo
donde estaba la llave y solo tenía ganas de jugar conmigo, como se aburrió
ahora me la da para que me vaya.
Debo confesar que hirió mi pequeño orgullo.
Muy dentro mío me gustaba la idea de que el tenga ganas de pasar tiempo conmigo
pero me equivoqué.
— ¿Qué esperas? — Preguntó sin mirarme a
los ojos.
Sin decir nada di la media vuelta y salí
del jodido departamento. No podía creer lo grosero qua había sido. Yo no
esperaba que fuéramos grandes amigos, en realidad no esperaba nada, después de
sus disculpas pensé que jamás volvería a saber de él. Cuando me llamó anoche
algo se despertó dentro mío, tenía la enorme necesidad de ir a verlo pero a él
ni siquiera le importó que yo haya venido apenas me había llamado. No le
importó haberme echado, porque eso es lo que hizo básicamente.
Una vez fuera del departamento me senté en
una pequeña plaza al costado del predio de departamentos, donde había bancos.
Luego de sentarme le envié un mensaje a
Ian.
Pasado los diez minutos el aparcó su auto,
antes de que el bajara yo ya estaba abriendo la puerta. Me senté sin decir una
palabra.
— Oye, sabes que no soy de esos amigos
molestos que pretenden saber todo de tu vida. Pero creo que debes contarme lo
que sucede. Te conozco mucho y anoche te comportaste algo extraña, como si
ocultarás algo… —
Sin mirarlo respondí— Debo contarte algo —
— Dime — Respondió tranquilo y paciente,
pero lo conozco y sé que está preocupado.
— Estuve viendo a Lucas Dubois —
— ¿Qué? Lene dime que no…— Suspiró— ¿Fue
grosero contigo?, ¿Te hizo algo?, ¿Por qué lo estuviste frecuentando?
— Lo crucé un día quiso que nos juntemos a
hablar me pidió disculpas… Eso es todo— Respondí y mis últimas palabras me
costaron decirlas.
No pensaba decirle lo último, que Lucas fue
descortés conmigo, no era necesario. El plan es terminar las cosas, si le
cuento lo sucedido esto jamás terminará.
— Seguro debe estar planeando alguna broma,
no confío en el Lene— Tenía el ceño fruncido y estaba sumido en sus
pensamientos— Ese chico solo trae problemas.
— Lo sé— Susurré
— ¿Desayunaste? Porque yo no… Por cierto
Lene ¿Qué estás haciendo aquí? —
— Paseaba— Mentí, y salió tan natural que
Ian no se dio cuenta. Me sentí mal por mentir pero si se enteraba se iba a
enojar conmigo. Ya tuve suficiente por hoy. Quiero que todo vuelva hacer como
hace unos días.
— De acuerdo vamos a algún lugar, muero de
hambre. — Dijo
Arrancó su auto y nos dirigimos por la
calle donde está el departamento de Lucas. Justo en la puerta lo vi con su moto
pero no estaba solo.
Inmediatamente recordé cuando hoy habló por
su celular, después de terminar la llamada su comportamiento se volvió
descortés.
Ahí fue cuando entendí todo, el quería que
me vaya para poder salir con Lucy, pero no quiso decirme nada.
Lucy sonreía y acariciaba su cabello rubio
constantemente. El tenía su sonrisa altanera… Al verlos supuse que eran el uno
para el otro.
Solo pude ver hasta que subieron a la moto
de Lucas pero no vi a donde se dirigían.
— ¿Ian puedes llevarme a casa? No me siento
muy bien— Esforcé una sonrisa.
— Claro Lene, ¿Qué te sucede? —
— Creo que el calor me hizo mal, tal vez me
bajó un poco la presión— Es mi segunda mentira a mi mejor amigo, me siento la
peor persona del mundo, odio las mentiras, pero no puedo explicarle que ver a
Lucas y a otra chica hizo que me sienta mal de inmediato.
— De acuerdo, ¿Hoy trabajas? —
— No, la librería no abre en este día por
el feriado—
— Tienes razón, olvidé que tampoco tuvimos
clases, últimamente estoy algo distraído— Respondió mientras conducía
— ¿Y eso? Tú no eres de los que se distraen
fácilmente— Se encogió de hombros y sonrió.
Cuando llegamos al departamento Ian no quiso quedarse, dijo que yo debía
descansar. Algo que agradecí porque ni bien abriera la puerta, Al me inundaría
con preguntas.
— Cuenta todo— Dijo mientras yo aún
sostenía mi mano en el picaporte.
—No sé lo que quería, al parecer algo le
preocupaba pero nunca me lo dijo… Luego se quedó dormido en el sillón el resto
lo sabes. — Respondí y cerré la puerta.
— ¿Fue grosero? —
— Solo a lo último—
Le expliqué todo lo sucedido esta mañana,
solo saqué algunos detalles, todo lo sucedido anoche por ejemplo y que lo vi
con otra chica. También le conté que Ian no sabía que me quedé en el
departamento de Lucas.
Llegué a mi habitación y agarré el libro
que Bruno me acompañó a comprar, aún no le respondí el mensaje que me había
mandado anoche y eso me hizo sentir un poco mal.
Aunque él no sienta nada por mí, es un buen
chico y creo que debería darle una oportunidad, tal vez podemos ser buenos
amigos, o quizá algo más…
* Hola Bruno, ¿Podemos vernos hoy?*
Le envié el mensaje, el me dijo anoche que
se había preocupado, así que le escribí para que hablemos.
Decidimos juntarnos en un parque cercano de
donde yo vivía. El cálido día hacía una gran combinación con este bello lugar.
Yo llegué primero por lo que decidí
sentarme al lado de un árbol, mientras bloqueaba y desbloqueaba mi celular en
espera de algún mensaje, supongo, noté una sombra a mi lado.
Miré hacia arriba y vi la sonrisa de Bruno,
se sentó al lado mío apoyándose contra el árbol.
— ¿Está bien este lugar? ¿No eres alérgico
o algo así? — Le pregunté sonriendo
— No, pero si mañana estoy con el cuerpo
rojo o algo por el estilo tú deberás cuidar de mi —
— Claro— Respondí, la intención de mi
respuesta es que yo le haría ese favor, por su sonrisa quizás el supuso otra
cosa.
Mientras estábamos apoyados contra el árbol
el tomó mi mano, en otro momento me hubiese molestado, ya que si no eres nada
mio no puedes tomar mi mano simplemente porque eres lindo, pero Bruno se siente
familiar, conocido… Aunque no haya nada serio, es a alguien que me gustaría
tener en mi vida, tal vez sienta más amistad hacia el que atracción, aún no lo
sé.
Yo estaba esperando que el me pregunte
porque me fui ayer, pero no tocó el tema. Solo hablamos de nuestros estudios,
trabajos, familia.
Yo le conté sobre mis padres, ellos viven a
unos kilómetros de esta ciudad, y de vez en cuando me visitan o yo a ellos.
Reímos cuando le conté que mi mamá lloró
cuando me fui de casa, ella no paraba de decir “mi bebé es toda una mujercita”
y mi padre negaba con la cabeza ocultando una sonrisa.
El
me contó que su madre hizo algo parecido pero sin decir la palabra “mujercita”.
Nos reímos y pasamos un momento agradable.
Nuestras manos estuvieron todo el tiempo entrelazadas, en un momento de la
tarde yo apoye mi cabeza en su hombro.
En ese gesto el levanto mi barbilla, y me
miró a los ojos y luego a mis labios, luego de dos segundos me besó.
Su beso era dulce pero a la vez apasionado,
tal cual los recordaba.
Nos hemos besado en varias ocasiones pero
jamás llegó a algo más. Lo más cerca que estuvimos fue luego de su cumpleaños,
yo me quedé con el mientras Ian iba a llevar a un amigo a su casa y luego
pasaría por mi.
Recuerdo que estábamos en su sillón, ambos
sobrios y lucidos de lo que hacíamos. Me deje llevar por nuestro beso, y ambos
terminamos acostados sobre el sofá y el sin camiseta.
Mi excusa fue: “Ian llegará en cualquier
momento” De no ser por eso, no sé que hubiera sucedido aquella noche.
Mientras nos besábamos debajo del árbol yo
rodeé un brazo alrededor de su cuello y mi mano libre la dejé en su mejilla. El
me estaba abrazando.
En un momento nuestro beso subió un escalón
de intensidad y automáticamente nos separamos los dos juntos.
— Eres muy importante para mi— Me dijo,
pero no fue en tono romántico o enamorado, fue más bien amistoso, o así quería
verlo yo.
No podía responder, simplemente lo abracé
fuertemente. Deseando que entre nosotros todo salga bien, no me gustaría pelearme
con el ni nada.
Lucas aún está en mis pensamientos y lleva
el primer puesto.
Aunque lo quiera negar, no puedo engañarme
a mi misma. No podré comenzar una relación aún, primero debo olvidar a Lucas.
Mientras el siga cerca jamás lo superaré,
si sigo negando esto jamás lo superaré. Mi pregunta es: ¿Quiero superarlo?
Yo estaba en casa para cuando el sol se escondió y en esos momentos recibí un mensaje.
*Muller, ¿Te fuiste enojada el día de hoy?*
Era Lucas, nunca guardé su número pero tengo nuestras últimas conversaciones guardadas
*Dime, ¿Por qué debería estar enojada?*
*No lo sé, te fuiste sin saludar*
El nunca dejaba de ser un idiota, Sin contestarle apagué mi celular y me acosté en mi cama. Me puse mis auriculares mientras trataba de callar a mis pensamientos pero con la música, volvían en peor manera.
No dejaba de pensar en que Lucas estaba solo para molestarme, es como una "prueba en mi vida".
Deseo con todo mi corazón que el cambie, que me valorara solo un poco. No sé que pensar de nosotros, solo sé de momento que lo veré en estos días, y también sé que muero por verlo.
####
Mientras miraba sus ojos cafés, yo sonreía. Me gustaba hacerla enojar, y yo lo lograba con mucha facilidad.
Justo en ese momento escuché mi celular en la cocina, salí y vi que tenía una llamada, sin mirar el número atendí.
*Lucas, ¿Podemos vernos hoy?*
*Lucy no molestes, estoy ocupado*
*Lo siento, ya estoy a unas pocas cuadras*
*Joder, no puedes venir cuando se te ocurra a mi casa.*
*Lo sé, olvidé que te gusta estar solo, por cierto... ¿Me dejarás conocer tu departamento?, me gustaría conocer tu habitación.*
*Estoy ocupado, no quiero que pases por aquí*
*¿Estás con otra?* Siempre estoy con "otra" Pensé, pero Marlene no contaba, ella era mi amiga, o algo así.
*No*
*Entonces podemos ir a algún lugar... intimo. ¿Qué te parece?*
*No Lucy.*
*De acuerdo pasaré por cada departamento hasta encontrar el tuyo, o puedo preguntar por ti a algún vecino*
*A veces eres insoportable, puedes venir, espera afuera*
Antes de que continuara colgué el teléfono,
Me dirigí al baño que hay en mi cuarto y busqué en los bolsillos de mis jeans que me había sacado hoy antes de ducharme.
Saqué la llave y se la di a Marlene que me esperaba en la cocina. Luego de que ella se marchará sin saludarme supuse que yo había exagerado, pero no sabía como decirle que se vaya, no quería que se cruzara con Lucy.
Una vez afuera saqué mi motocicleta, Lucy se subió por primera vez, y su emoción se notaba a kilómetros. Espero que no acostumbre. Sonreí ante mi propio pensamiento.
Mientras íbamos por las calles, ella no paraba de decir que en su casa no había nadie y que yo podía quedarme.
Una vez que estacioné afuera de su casa, la dejé. Ella me dio una sonrisa mientras se acomodaba su cabello. Yo la saludé con la cabeza y arranqué la moto, ella me insultó y yo solo me reí.
Había estado con Lucy algunas veces, pero ya no me interesaba, ella me aburría.
Más tarde me mandé algunos mensajes con Marlene, al ver que no me respondía decidí llamarla, pero su celular me envió directamente al correo de voz.
No quería salir, así que decidí quedarme e ir a buscar mi guitarra, una melodía vino a mi y cuando quise darme cuenta ya había compuesto una canción, solo debía poner la letra, pero no tenía nada que me inspirara. Decidí grabarla para aprenderla mejor luego hacer algo con eso en otro momento que esté aburrido,
Me tiré en el sillón recordando lo sucedido ayer, recuerdo haberle dicho a Marlene "Tan hermosa como siempre". Si que estaba ebrio, jamás le dije eso a ninguna mujer...
Mientras pensaba, me dormí nuevamente en el sillón.
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